Así viví mi experiencia en Santa Marta con las mejores Playas de Colombia

Conocer Santa Marta ha sido para mí una de las experiencias más inolvidables que he vivido en Colombia. Desde que empezó mi aventura no paré de sentir su magia, empezando por la música que inunda la región, el cálido recibimiento de los locales, su patrimonio arquitectónico colonial, la maravillosa comida típica costeña y por encima de todo, sus paradisíacas e hipnóticas playas.

Aquí te mostraré un recorrido por las mejores playas de Santa Marta y sus alrededores a través de mis propias experiencias. Pero antes, te doy un poquito de contexto. Es importante saber que Santa Marta es una ciudad del Caribe ubicada al norte de Colombia en el departamento de Magdalena. Fue fundada en 1,525, lo que la hace una de las ciudades más antiguas de América del Sur. Además, su maravilla natural combina el mar y la nieve, ya que está localizada a orillas del mar Caribe y a su vez, en la ramificación de la Sierra Nevada, un sistema montañoso que se eleva hasta sus picos más altos de 5,775 metros sobre el nivel del mar, volviéndola la montaña costera más alta del mundo.

A sus afueras uno de sus principales atractivos, es el Parque Nacional Natural Tayrona y su yacimiento arqueológico de la Ciudad Perdida, una tierra sagrada que está habitada por 4 grupos ancestrales étnicos, los arhuacos, wiwas, koguis y kankuamos y que está ubicada entre las montañas, para entrar a ella es necesario llevar guía. La selva tropical, las culturas ancestrales, la montaña paradisiaca y las playas más hermosas del mundo, generan la magia que se vive en esta parte del mundo. Pero no me desvío más, aquí te quiero hablar sobre las mejores playas de Colombia.

Playas en Santa Marta:

• Playa El Rodadero
• Playa Blanca

Playas a las afueras del Tayrona:

• Bahía Taganga
• Playa Grande

Playas dentro del Tayrona:

• Parque Nacional Natural Tayrona
• Cabo San Juan
• Bahía Cinto y Playa Cristal
• Extra: Ciudad Perdida

Para ir calentando motores y conectarte con la cultura, empieza el viaje pasando por una de las playas más populares de esta bella ciudad, uno de los lugares más visitados por todos los que llegan a Santa Marta. Al ser una playa que está dentro de la ciudad y no en el Tayrona, podrás disfrutar de una vista rodeada de edificios y mar con un fuerte contenido cultural.

Una actividad extra ya estando en El Rodadero, es  pasar por el Acuario y Museo del Mar del Rodadero, el cual está al aire libre y tiene conexión directa con la inmensidad de las aguas caribeñas. Este acuario fue inaugurado en 1965, por iniciativa de Francisco Ospina Navia, ‘El Capi’, reconocido por su interés en conservar la arqueología del Tayrona.

Se encuentra a 10 minutos de la playa del Rodadero. Allí encontrarás piscinas dentro del mar para mirar con buenos ojos el mundo marino y la riqueza de la biodiversidad colombiana. En el acuario también cuenta con peceras de cristal en el que se pueden ver varias especies únicas en el mundo. Una experiencia que me llevó a conocer animales que solo había visto en fotos, como los delfines y tiburones.

Además de ver el acuario y museo se pueden realizar otras actividades como:

• Alimentar a distintas especies con un vasito de pescado.
• Sacarse una foto con un delfín.
• Interacción con delfines (7 min. Aprox)
• Nadar con delfines (15 min. Aprox)
• Delfinoterapia. (Niños, adultos, personas con distintas discapacidades…).

Un poco más al norte de El Rodadero, tendrás la fortuna de llegar a Playa Blanca, un placentero lugar de arena fina donde puedes aprovechar no solo para bañarte, sino también para disfrutar la gastronomía. Aquí mi recomendación es escoger entre un coctel de camarón o cayeye (un increíble puré de plátano con queso costeño).

Su principal ventaja es que se encuentra muy cerca de El Rodadero, a unos 10 minutos en lancha, y muy cerca de Taganga. Te darás cuenta que esta playa es mucho menos visitada que sus playas vecinas y es esto lo que la hace perfecta para pasar un extraordinario día familiar.  El lugar perfecto para estar en contacto con la naturaleza, ya que estarás entre agua, arena y montañas, sin construcciones hoteleras y sin nada de bullicio, la tranquilidad y remanso de paz es lo más importante de este maravilloso lugar. Todo un tesoro natural de valor incalculable para visitar.

Siguiendo con nuestro recorrido y yéndonos más al norte de la ciudad, nos empezamos a adentrar al Parque Nacional Natural Tayrona, comenzando con este pequeño pueblo de pescadores a 15 minutos de la ciudad, que se encuentra rodeado de montañas verdes, cactus y excelentes playas. Para llegar a él puedes coger minibuses desde Santa Marta, que salen cada 10 minutos y con precios muy económicos, o también puedes llegar en taxi o moto-taxi, el trayecto es majestuoso ya que se realiza alrededor del golfo cercado de aguas turquesas bordeado por montañas.

Estar en Taganga es sinónimo de libertad, ya que tiene un ambiente mochilero, donde puedes ir caminando entre playa y playa o también en barco. Si bien Santa Marta es el lugar donde la mayoría de los turistas buscan alojamiento, Taganga es la opción preferida por nosotros los mochileros, aquí se encuentran lugares, hoteles y campings-bungalows, con un ambiente mucho más tranquilo y playas vírgenes.

También en esta zona encontrarás la mayor parte de los centros y escuelas de buceo, sobre todo porque limita con Cala Granate e Isla Aguja, lugares importantes para practicar este deporte junto con el snorkel, además al final del día seguro te toparás con uno de los atardeceres más hermosos que hayas visto.

Estando en Taganga a unos 20 minutos a pie, o a 5 minutos en barca (el trayecto de ida y vuelta te puede costar en torno a los 7.000 pesos colombianos), te encontrarás con Playa Grande, un lugar enigmático de aguas cristalinas hermosa por su contraste natural y perfecta bañarse o hacer snorkel. Una sugerencia es que vayas entre semana, ya que por su misma belleza, los fines de semana está atiborrada de personas. Esto no la hace menos merecedora de una visita, al contrario, si muchos van a ella es porque tiene su magia entre las olas que vienen del mar. ¡Anímate a conocerla!

La magia del Tayrona te envolverá desde que pongas tu primer pie en él. Es un sitio muy especial que cuenta con numerosa fauna rodeada por bosques húmedos y secos y en sus fondos del mar te enamorarás de la belleza coralina. Además su costa está plagada de pequeñas bahías, magníficas playas, y manglares, acantilados, bahías e inigualables playas con arena blanca y aguas turquesas y cristalinas, siendo las más bellas y convirtiéndose en un idílico escenario para descansar.

Este lugar es uno de los destinos más conocidos y visitados de Colombia, junto con Cartagena de Indias. Aquí no solo podrás sentir la delicia de sus playas, sino que podrás hospedarte en los hoteles que hay dentro del parque y si eres de un alma más libre, puedes quedarte en una zona de camping en Cabo de San Juan o en el de Castilletes.

Acá puedes dedicarte a admirar la belleza natural y desconectarte del ambiente citadino asistiendo a paseos y trekking, conociendo las zonas más representativas del Tayrona combinando la aventura con lo ecológico.

Para llegar al parque, debes dirigirte hasta su puerta principal en un minibús o cualquier medio contratado a algún operador turístico o bien en las “busetas” públicas o moto-taxi. En la taquilla del Zaino comienza tu aventura, donde después de comprar la entrada, que está alrededor de unos 12€ para extranjeros, y tienes que ver un video sobre el Parque, con una breve aclaración sobre normas y prohibiciones básicas.

Aconsejo empezar la ruta en la zona de Cañaveral, desde la entrada hasta esta zona puedes montarte en un minibús, buseta, que te acercan hasta Cañaveral, ya que son unos 5 km y no hay nada interesante que ver, merece la pena ahorrarse estos kilómetros por aproximadamente unos $3.000 pesos colombianos.

En esta playa tendrás uno de los primeros contactos con la magia del Tayrona, donde disfrutarás de la mezcla de selva y mar, además puedes ir adentrándote en su interior y recorrer los bosques y otras zonas cercanas. Poco a poco irás descubriendo playas vírgenes, en algunas permitiéndose el baño y en otras no por seguridad, las más cercanas a Cañaveral son Arrecifes, Arenilla, o la Piscina, y si te adentras más puedes llegar hasta llegar al Cabo de San Juan.

Este trayecto, desde Cañaveral hasta Cabo San Juan, caminando tiene una duración de 2 horas aproximadamente para una persona con unas condiciones normales.También puedes realizar este trayecto a caballo pero no lo recomiendo porque evitas muchos tramos de costa y paisajes maravillosos, la vuelta sí que la puedes hacer por este medio.

Por el camino pasarás por varias playas, y para mí, Arenillas y La Piscina son inmejorables, ahí te puedes bañar para refrescarte después de la caminata, además te aconsejo también que comas por esta zona.

La ruta termina en el Cabo de San Juan, en una sensacional playa, yo diría que es la mejor de todo el Parque de Tayrona. Si todo se realiza con normalidad, prácticamente, llegarás a la hora de comer al cabo, ahí encontrarás un restaurante y una pequeña tienda con productos básicos. En el restaurante se forman largas colas de los turistas que quieren comer, y pierdes un fantástico tiempo en el que puedes disfrutar de la playa y sus paisajes. Por eso recomendaba anteriormente comer antes de llegar o sino llevarte tu propia comida.

La vuelta la puedes realizar, dependiendo donde estés alojado, de varias formas, andando o a caballo a la puerta principal, el Zaino, o sino en barca a Taganga y de ahí en taxi a Santa Marta.

Al anochecer pronto, sobre las 6 p.m., hay que pensar regresar a buena hora ya que no es recomendable andar de noche por el parque debido a los animales salvajes que hay en él. Si quieres aprovechar sus playas, una opción recomendable es la vuelta en barca, o sino, quedarse a dormir de noche en la zona del camping.

En tu segundo día en el Parque puedes visitar la zona costera y seguir perdiéndote entre playas. Si te quedaste en Cabo San Juan, podrás ir hasta Playa Cristal por mar o tierra. Yo en su momento escogí una de las barcas locales, que lo que hacen es llevarte entre playas y te ahorras unas horas de recorrido caminando. Otra opción es hacer lo mismo desde Taganga.

Estas barcas salen continuamente y llevan a los turistas a varias bahías en las que hay unas playas de ensueño como lo son Bahía Concha, Chengue, Guarica, Bahía Neguanje o Bahía Cinto entre otras, con aguas cristalinas azul turquesa, con unos fondos marinos maravillosos, totalmente vírgenes, ideales para bañarse y practicar snorkel, realmente maravillosas.

Mi playa favorita sin duda fue Playa Cristal, una de las más bonitas de todo el parque, junto con Chengue y Guarica. También te aconsejo aprovechar para ir a Bahia Cinto, ya que es una playa contigua a Playa Cristal y donde por lo general no hay turistas. Si te gusta la naturaleza, esta playa te atrapará con sus manglares y una zona de coral muy amplia. Ambas playas son perfectas para hacer snorkel y visitarlas es un acierto.

Entre el primer día y el segundo, a mi parecer no se puede decir cuál es mejor, ya que son planes y excursiones totalmente distintos, casi que obligados al visitar el Parque Nacional Natural Tayrona, lo ideal es ir con el tiempo suficiente, ya que en verdad merecerá la pena conocer las dos partes, tanto la costera como la interior

Para terminar esta aventura entre paraísos inolvidables y alejándonos de las playas te doy una actividad extra que no te puede faltar en tu aventura por el Tayrona.

Este asentamiento indígena fue uno de los más importantes de Colombia. Aquí habitaban los Tayronas, que era una etnia dominante cuando llegaron los conquistadores españoles. Tenía una superficie de 30 hectáreas a 1200 metros de altitud en la ladera de Sierra Nevada. Construida aproximadamente en el año 650 d.C. llegó a tener una población de 2500 personas hasta el año 1600 donde la ciudad fue abandonada siendo el bosque el que se apoderó de la misma.

Dato curioso: Los conquistadores y después los españoles nunca llegaron a subir hasta el poblado. No fue sino hasta en la década de los 70, luego de 400 años de estar escondida entre la vegetación, donde fue descubierta sin darse cuenta por unos expoliadores de restos arqueológicos

Si quieres llegar a la Teyuna o Ciudad perdida tendrás que ir a pie por sendas abiertas en lo más profundo del bosque. Entre la ida y vuelta, hay que andar unos 50 kilómetros atravesando desniveles y ríos, bajo un sol de justicia o un aguacero.

Por lo tanto hay que soportar las picaduras de mosquitos, barrizales y una mucha humedad de alrededor de un 85% que hace que estés todo el día empapado.

A cambio de esto, el trekking hasta Ciudad Perdida, es uno de los más impactantes y más bellos que puedes realizar por todo el Sur de América ya que te regala el mejor de los paisajes que hayas visto.

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Escrito por:  Carlos Medina, Acumulador de experiencias.